miercuri, 26 februarie 2014

No quiero que te vayas dolor... (Pedro Salinas)

No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad

hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.


(De "La voz a ti debida")

luni, 24 februarie 2014

Instrucción (Alfonso Costafreda)

Y tú me preguntaste,
¿qué hay en el centro de la tierra?
¿Hay casas diminutas rodeadas de fuego
donde arden los niños no obedientes,
traviesos en la escuela?

Seis años, dulces, seis años dulces,
poblados ya de pútrida enseñanza.

luni, 17 februarie 2014

País (Eugenio de Nora)

País rico en sol; en sangre
vertida y seca al sol, para que adorne
(dicen ellos) la enseña; país rico
en olivos, naranjas, monjas, cobre,
panderetas y vinos; mucho espíritu
y bastante ganado.
País rico en tradiciones
sacrosantas, Historia y grandes muertos.
País rico en ricos.
Sólo el pueblo
pobre.
País desde luego antiguo.
Milenario
o más. No sólo en piedras y en nombres
igualmente gastado, sino en usos,
costumbres, feudos y sobre todo en devociones
in me mo ria les.
País viejo,
padrastro ya inmisericorde,
con delirios (ay, de grandeza, dicen),
manías y rencores
de viejo loco.
Sólo el pueblo
joven.

luni, 10 februarie 2014

Abrir y cerrar los ojos (José Hierro)

Hundió el cuchillo hasta la empuñadura.
Se desangró en el agua su memoria.
Manos de olvido, con la vieja escoria,
modelaron la nueva criatura.

Retumbó el trueno azul. La sepultura
de las espumas liberó una gloria
ascendente, una lava giratoria
de plumas del volcán de la hermosura.

Lo arrebataron las vertiginosas
alas del oleaje. Entre las rosas
de sal, voló con ojos bien abiertos.

¡Por qué los cerraría! Oyó el latido
de todo lo vivido y lo perdido.
Y se puso a llorar sobre los muertos.

(Cuanto se de mí. 1957)

vineri, 7 februarie 2014

Siempre llueve en el límite difuso... (Marisa Peña)


Siempre llueve en el límite difuso
donde el miedo y la culpa se confunden.
Allí, solos, nos seduce el abismo;
y es fácil disparar a quemarropa
al último milagro disponible.
Y así, recién llovidos,
alentando silencios,
rumiando nuestras dudas,
dejamos ese rastro
de lento caracol acobardado,...
buscando un sol dormido
que pueda rescatarnos,
de esta inmensa negrura interminable.

Marisa Peña, Nos quedará la lluvia, 2012