duminică, 6 martie 2011

Parte desde Les Baux (René Char)


Tu mandato no tiene ni advenimiento ni fin. Apuntalado solamente por ausencias, postigos arrancados, puras inacciones.

Yuxtapón a la fatalidad la resistencia a la fatalidad. Conocerás extrañas alturas.

La belleza nace del diálogo, de la ruptura del silencio y del renuevo en el silencio. Esta piedra que te llama a su pasado es libre. Eso se lee en las líneas de tu boca.

La duración que tu corazón reclama existe aquí fuera de ti.

Sí y no, hora tras hora, se reconcilian en la superstición de la historia. La noche y el calor, la vegetación y el cielo se tornan invisibles para ser sentidos mejor.

Las ruinas con porvenir, las ruinas incoherentes antes de tu llegada, hombre colmado, van desde sus partículas hasta tu amor. Así se ve prometida y apartada de tu irritable torpeza la rosa que cierra el reino.

La gradual presencia del sol apaga la sed de la tragedia. ¡Ah! No tengas miedo de volcar tu juventud.

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