Me miré en tus ojos,
pensando en tu alma.
Adelfa blanca.
Me miré en tus ojos,
pensando en tu boca.Adelfa roja.Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!Adelfa negra.
La propiedad privada, efectivamente,más que propiedad privadaes propiedad privadora.Y la "libre empresa" tiene presa a la Patria.Salvemos a la propiedady hagamos de verdad libre a la empresaconvirtiéndolas en propiedad y en empresa de todos.De todos los de la Patria.
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen estas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Solo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
Unos van por sendero recto,Otros caminan en círculo,Añoran el regreso a la casa paternaY esperan a la amiga de otros tiempos.Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,Llevo conmigo el infortunio,Voy hacia nunca, hacia ninguna parte,Como un tren sobre el abismo.
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
¡Qué espaciosas son las habitaciones celestiales!Se accede a ellas por peldaños de aire.Sobre las nubes hay jardines colgantes del paraíso.Y el alma se separa del cuerpo y flota,Recuerda que existen alturasY que existe el fondo.¿Hemos perdido realmente la fe en el otro espacio?¿Han desaparecido para siempre el Cielo y el Infierno?¿Cómo encontrar la salvación sin prados celestes?¿Dónde tendrá su sede la asociación de condenados?Lloremos, lamentémonos de esta gran pérdida.Pintémonos la cara con carbón, soltémonos el pelo.Imploremos que nos sea devueltoEl otro espacio.