luni, 30 iunie 2008

Rosario, dinamitera (Miguel Hernández)

Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación,
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.

Era tu mano derecha,
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones
y el anhelo de la mecha.
Rosario, buena cosecha,
alta como un campanario
sembrabas al adversario
de dinamita furiosa
y era tu mano una rosa
enfurecida, Rosario.

Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella!

Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres,
la espuma de la trinchera.
Digna como una bandera
de triunfos y resplandores,
dinamiteros pastores,
vedla agitando su aliento
y dad las bombas al viento
del alma de los traidores.

Donde habite el olvido (Luis Cernuda)

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

duminică, 29 iunie 2008

Susto en el comedor (Federico García Lorca)

  

A Pepín Bello


Eras rosa.

Te pusiste alimonada.


¿Qué intención viste en mi mano

que casi te amenazaba?


Quise las manzanas verdes.

No las manzanas rosadas...


alimonada...


(Grulla dormida la tarde,

puso en tierra la otra pata.)


joi, 26 iunie 2008

Doradas cenizas del Fénix (Roque Dalton)

Doradas Cenizas del fénix
pero del fénix de los Ingenios
rapto demorado de la belleza
que levanta su propio circo
palabra que se desintegra y se desintegra
en el kilometraje gratuito de la vida
oh despojos apenas
ingrato
viejo error
de la vieja pecera que me ladra en el pecho.

Ni la llave del olvido
ni el sol del amor
resisten vuestra mohosidad
integral
incorporadora
como una maldición
sales para cultivar el verdín de la muerte
despojos despojos
Doradas Cenizas del fénix.